Uno de los nanosatélites que se diseñan en la empresa privada argentina Satellogic.
Foto: Satellogic
Sirven para captar imágenes, probar desarrollos tecnológicos y monitorear el medio ambiente; con iniciativas privadas y públicas, la Argentina es un referente en la región
El 15 del mes pasado, el cohete indio PSLV-XL, que partió de la isla de Shriharikota, puso en órbita ¡104 satélites! Todo un récord.
Pero no eran los grandes aparatos a los que nos tiene acostumbrados la iconografía espacial.
Entre ellos iban dos que pesaban apenas 8,4 kg cada uno, destinados a estudiar la radiación en el espacio y en la superficie terrestre, y 88 de la empresa estadounidense Planet, cuya misión será tomar imágenes de la Tierra.
También se lanzaron otros ocho cubesats de Israel, Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Kazakhstán, Holanda, Alemania y Bélgica.
Si alguien dudaba del avance de los pequeños satélites, hitos como éste muestran que ya se hicieron un lugar en la actividad espacial.
Pueden captar imágenes, testear nuevas tecnologías, controlar el tráfico aéreo o marítimo y enviar datos vitales para la agricultura y el monitoreo del medio ambiente.
Y a un precio mucho menor que los tradicionales.
Con emprendimientos privados y públicos, la Argentina se ubica a la vanguardia de estos desarrollos en la región.
"A medida que aprendemos, podemos arriesgarnos con satélites más chicos -opina Franco Ongaro, director de ingeniería y calidad de la Agencia Espacial Europea-.
Ya hicimos mapas muy precisos con los grandes y ahora lo interesante es ver qué tan seguido cambia esa imagen.
Eso podemos hacerlo mucho mejor con 10, 20 o 100 satélites más chicos que pasen con más frecuencia por el mismo punto y puedan actualizar las noticias una vez por hora o por día."
Ongaro fue uno de los más de 230 científicos, tecnólogos, estudiantes y gerentes de Japón, España, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Suiza, Estados Unidos, la India, Holanda y países latinoamericanos. que la semana pasada estuvieron en Buenos Aires para analizar los avances en estos pequeños aparatos que están transformando la actividad espacial.
El Primer Simposio Latinoamericano sobre Pequeños Satélites "Tecnologías avanzadas y sistemas distribuidos", de la Academia Internacional de Astronáutica (IAA), organizado por el Instituto Colomb, perteneciente a la Universidad de San Martín (Unsam) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), pasó revista del estado de situación en esta área que está abriendo más que nunca antes el espacio a la actividad privada.
"Los nanosatélites son parte del futuro, la consecuencia lógica de la miniaturización de la electrónica -agrega Ongaro-.
Eso nos permite hacerlos mucho más pequeños y le da la oportunidad a cualquiera de acceder a información que alguna vez sólo tenían los gobiernos."
"Tradicionalmente, llevaba años o décadas desarrollar un solo dispositivo espacial -dice Francisco Mendieta, director general de la Agencia Espacial Mexicana-.
Hoy, los satélites cada vez son más chicos sin que se degrade su desempeño.
O bien, si uno quiere un desempeño similar al de los grandes, lanza 100, como está sucediendo."
Esto no quiere decir que los "hermanos mayores" hayan quedado obsoletos.
Si lo que se necesita es un satélite para telecomunicaciones, cuanto más grande sea, mejor.
Pero si lo que se desea es obtener la información de cuánta corriente consumen semanalmente las granjas de una zona para así no tener que enviar a una persona a hacer las mediciones, probablemente un pequeño satélite resulte más efectivo.
Según el físico e ingeniero Rainer Sandau, director de Satélites y Aplicaciones Espaciales de la Academia Internacional de Astronáutica, "los que están en órbitas geoestacionarias tienen que ser grandes, porque llevan enormes antenas, que no se pueden poner en una caja de zapatos.
Lo mismo ocurre con satélites meteorológicos, pero si uno tiene la posibilidad de ir por satélites más pequeños, debería hacerlo.
Hay aparatos que llevan 15 años de desarrollo; es decir que cuando son lanzados la tecnología tiene 15 años de antigüedad".
Guillermo Rus, ex vicepresidente de Arsat, considera que por ahora el entusiasmo por los nanosatélites está algo sobrevaluado.
"Los ejemplos más interesantes son los de entre 60 y los 100 kilos -afirma-.
La «arquitectura segmentada» [varias plataformas que comparten sistemas] es interesante como concepto.
Pero al menos comercialmente los satélites baratos todavía no pesan ni en las comunicaciones, ni en la navegación, ni en la observación de la Tierra.
Hay potencial, pero falta que sean validados por los mercados."
Sin embargo, el innovador argentino Emiliano Kargieman, fundador de la primera compañía de la región que ya tiene en marcha una operación con nanosatélites, disiente.
"Hoy ya estamos generando imágenes de un metro de resolución e hiperespectrales, las estamos distribuyendo a nuestros primeros clientes y avanzando en la explotación comercial -cuenta-.
En junio tenemos previsto lanzar el «Milanesat», otros tres aparatos más en agosto y, a fin de año, uno o dos más.
Estamos enfocados en la agricultura, y aplicaciones en petróleo y gas, pero a medida que vayamos teniendo más aparatos vamos a ir programando nuevas aplicaciones."
Y agrega: "No tengo dudas de que con tecnología más económica se pueden hacer muchas de las mismas cosas e incluso algunas de las que antes no se podían hacer.
Ésta es una de las áreas que está impulsando el crecimiento de la industria espacial".
Y concluye Livio Gratton, director del Instituto Colomb:
"Ya nadie discute que son muy buenos para probar nueva tecnología.
Ahora, hay gente que cree que se puede ir mucho más allá.
Este simposio nos ayudará a saber qué se puede y qué no se puede hacer con los nanosatélites".
Franco Ongaro
Agencia Espacial Europea
"Usamos pequeños satélites para testear nueva tecnología; nos permiten tomar más riesgos porque son más económicos"
Francisco Mendieta
Agencia Espacial Mexicana
"La miniaturización de componentes, el avance en el software, la operación en red, también se están materializando en el espacio"
Livio Gratton
Instituto Colomb (Unsam)
"Queremos investigar en tecnología espacial y especialmente en la arquitectura segmentada"
Rainer Sandau
Academia Internacional de Astronáutica
"Creo que los pequeños satélites son el camino que debemos tomar"
Nora Bär
LA NACION
enviado por Carlos Levos Arslanian