miércoles, 19 de enero de 2022

Minisatélite CNEA fabricó los paneles solares

 

 CNEA fabricó los paneles solares de un minisatélite desarrollado por alumnos marplatenses

El MDQubeSAT1 “San Martín” lanzado por la NASA desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida, y será el primero de la constelación Libertadores de América.

El Departamento de Energía Solar –perteneciente a la Gerencia de Investigación y Aplicaciones no Nucleares de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)- proveyó los paneles solares del MDQubeSAT1 “San Martín”, un picosatélite - el más pequeño de Latinoamérica- que fue lanzado en un cohete Falcon 9 desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos.

Además de su pequeño tamaño, lo distintivo de este picosatélite es que su gestación ocurrió en la Escuela de Educación Técnica N° 5 de Mar del Plata de la mano del docente Alejandro Cordero, quien además es CEO de la startup Innova Space, con la cual la CNEA firmó un Contrato de Tecnología y Servicios (CTS) el año pasado.

En 2019, Cordero le propuso a sus alumnos de la materia Electrónica Aplicada hacer un satélite. 

Tímidamente, los estudiantes se sumaron al proyecto que requirió de mucho trabajo y de la colaboración de algunos organismos de ciencia y técnica, como la CNEA, que fabricó los paneles solares.

Puntualmente, las tareas realizadas por los especialistas de la CNEA consistieron en realizar la integración eléctrica de los componentes del panel. 

Esto implicó el pegado de las celdas solares, el soldado de los interconectores a las celdas y panel en sí mismo. 

También se llevó a cabo la realización de la inspección visual junto con la verificación funcional, es decir comprobar que los paneles funcionen.

MDQubeSAT1 San Martín es un picosatélite que tiene una dimensión de 10 x 10 x 5 centímetros y un peso de 461 gramos. 

Una de las principales ventajas de estos pequeños satélites es que pueden producirse en un gran número en poco tiempo y con bajo costo de lanzamiento.

Luego de su lanzamiento - jueves a las 12.25, hora argentina- estará en una órbita polar a unos 400-500 kilómetros de altura. 

Será el primero de la constelación Libertadores de América y su principal objetivo consistirá en brindar conexión a Internet en lugares aislados y asistir con servicios al sector productivo.

Para completar la constelación –que estará conformada por alrededor de 100 satélites- este año se tienen previstos lanzar entre 4 y 6, el año que viene entre 12 y 16 y en 2024 alrededor de 90 satélites.

En este contexto, el Departamento de Energía Solar de la CNEA ya está evaluando la planificación de los paneles solares para 5 nuevos satélites, que está previsto que sean de una mayor dimensión que el picosatélite “San Martín”, contribuyendo de esta manera con la interacción entre sector público y privado.

CNEA

inngeniar


lunes, 17 de enero de 2022

INNOVA SPACE Satellite technology (ENGLISH)

   

 INNOVA SPACE 

Satellite technology


inngeniar


1° satélite miniatura argentino Lanzamiento

   

"Esto es soberanía", dijo el presidente luego del lanzamiento del primer satélite miniatura argentino

El presidente Alberto Fernández participó este mediodía de manera virtual del lanzamiento, que se realizó en Cabo Cañaveral, Estados Unidos, del primer satélite miniatura de origen nacional, “General San Martín”, que brindará acceso a internet a productores agrícolas de zonas rurales de todo el país.

“Esto es soberanía”, dijo el jefe de Estado, que siguió el evento desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, acompañado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

Indicó que este desarrollo nacional implica que “nosotros podamos conocer cuestiones tan importantes como la climatología, en un país que lo necesita para poder desarrollar la agricultura, la ganadería, para salvaguardar, inclusive, a nuestra gente de eventuales inclemencias del tiempo”.

Se refirió a los técnicos y científicos que llevaron adelante el picosatélite en Mar del Plata, como “argentinos con una enorme vocación por hacer crecer a su patria, por conectar a su patria, y por llegar a lugares donde a veces internet no llega”.

“Esto hace al desarrollo del país”, aseguró en diálogo con Alejandro Cordero, creador del aparato y CEO de la empresa marplatense Innova Space.

Al tomar la palabra, Cordero expresó su “emoción y gratitud después de tantas penurias, males y cosas negativas”, y reflexionó: 

“Este es el bálsamo de aire fresco que nosotros ofrecemos humildemente para demostrarle al pueblo que la capacidad argentina de desarrollo es inmensa, infinita”.

“No se necesita mucho dinero sino que tiene que ver con la pasión, el trabajo y la dedicación, y eso es lo que demostramos con este proyecto desde muy abajo hasta llegar a la cima del cielo”, definió.

La iniciativa plantea la fabricación de los satélites más pequeños que se hayan construido en Sudamérica, con el objetivo de crear una constelación de comunicación a internet que brinde cobertura total en toda la región, y estimule el incremento en la producción agropecuaria en los diferentes países.

Los satélites PocketQube tienen un peso de 1k y medidas aproximadas de 50mm x 50mm x 150mm, y tienen, entre otros objetivos, potenciar la productividad del país, colaborar a la tecnificación de procesos, brindar información en línea y de forma remota sobre el estado de cultivos y ganado, y colaborar a reducir los costos en el lanzamiento de satélites.

Para el desarrollo del picosatélite, el Ministerio de Desarrollo Productivo aportó a Innova Space casi 50 millones de pesos, además de facilitar la generación de un nicho de negocio incipiente para el país.

La iniciativa fue diseñada para que sea exportable y aportar al proceso de sustitución de importaciones de equipos y servicios. 

Asimismo, al ser de menor porte que otros permite reducir los costos de desarrollo y lanzamiento de este tipo de aparatos.

DISCURSO

Casa Rosada

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domingo, 17 de mayo de 2020

Open Space Estudiantes de Ingeniería, finalistas de un concurso internacional para diseñar un nanosatélite


Estudiantes de Ingeniería, finalistas de un concurso internacional 
para diseñar un nanosatélite

Pasaron a la final de la convocatoria “Open Space”, un programa espacial para jóvenes organizado por Satellogic y Academia Exponencial. Buscan detectar tormentas solares

Un grupo de estudiantes de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata pasó a la instancia final de la convocatoria “Open Space”, un programa espacial para jóvenes organizado por Satellogic y Academia Exponencial, que tiene por objetivo generar ideas innovadoras de aplicación para nano-satélites e incentivar el trabajo en equipo.

La gran final se llevará a cabo el 30 de junio, donde el equipo ganador tendrá la oportunidad de construir un módulo espacial innovador o un nanosatélite huésped que será puesto en órbita baja a fines de año acoplado a una misión de Satellogic que le brindará energía, comunicaciones y lo apuntará hacia la tierra.

El concurso Open Space es organizado por las empresas Satellogic y Academia Exponencial.

Como partners participan centros de investigación como el INVAPInstituto Balseiro, CTA, ITBA, las universidades UNSA, UNLP, UNSAM, y las empresas Skyloom, Digital House, Frontec, Varkey Foundation entre otras.“BBG”, el equipo de la UNLP que logró quedarse con un lugar entre los cinco equipos finalistas, está integrado por Aldana Guilera de la carrera de Ingeniería Aeroespacial, Emilio Ballardini, de Ingeniería en Computación, y Facundo Biaggio estudiante de Ingeniería Aeroespacial.

La misión es sobre la detección de tormentas solares.

“Proponemos armar nuestro nano-satélite con sensores capaces de leer el campo magnético de la tierra en órbita y que perciba la perturbación que genera una tormenta solar, datando sobre su valor de intensidad.

Actualmente tenemos un prototipo de bajo costo que armamos con el aporte del Laboratorio Tecnológico de Buenos Aires.”, explicó Guilera.Marcos Actis, vicepresidente del Área Institucional de la UNLP y director del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería, fue elegido como mentor de este ambicioso proyecto y expresó: “este tipo de iniciativas son fundamentales, ya que proponen experiencias para activar el interés por la ciencia, la tecnología y la ingeniería en los jóvenes, y sientan las bases para el desarrollo de una industria con alto potencial, con aplicación concreta en el área espacial.”

A su vez agregó que el proyecto de los estudiantes de la UNLP es muy interesante ya que “es importante tener un análisis estadístico sobre las tormentas solares dado que son inesperadas, son consecuencia de la actividad de las manchas solares que aumentan y disminuyen en ciclos de 11 años.”

El Open Space es un concurso de innovación tecnológica, que busca despertar la inquietud de los estudiantes.

La condición principal es ser menor de 25 años, está destinado a estudiantes tanto de secundario como universitarios, su eslogan es "Programa espacial de los jóvenes”.

“La idea general que nos propusieron fue diseñar y crear un nano-satélite con ciertas reglas a cumplir, pero la misión era a elegir, tenía que ser viable, con el menor costo posible y que fuera una idea inspiradora, el equipo con el mejor proyecto va a ser parte del lanzamiento del satélite de Satellogic con su nano-satélite adherido.”, describieron los integrantes del equipo finalista,

BBG.“La meteorología espacial es un campo en desarrollo y queremos ser parte.

Las tormentas solares afectan tanto en el espacio como en el planeta, generan daños estructurales en satélites, naves, redes eléctricas, tráfico aéreo e influyen en la comunicación, dado que es son perturbaciones en el campo magnético de la tierra.”, concluyó Ballardini.

“Desde el CTA venimos preparando un encuentro con los institutos y centros de investigación de la UNLP, demorado por la pandemia, para que aporten proyectos para un satélite universitario, incorporando este tipo de iniciativas las cuales sirven para incentivar a nuestros jóvenes en temáticas que permiten el desarrollo y la participación interdisciplinaria tan necesaria en los tiempos que vivimos.”, finalizó Actis.

Open Space de SatellogicSatellogic, compañía argentina especializada en fabricación y puesta en órbita de satélites y emprendedor Endeavor, lleva a cabo el programa Open Space, con la participación de Academia Exponencial. 

La misión consiste en desarrollar un nanosatélite con un propósito inspirador y ponerlo en órbita.

La participación en este programa espacial es muy simple, ya que sólo hay que conformar un equipo de jóvenes de hasta 25 años entre los cuales tiene que haber por lo menos dos argentinos.

Los proyectos son evaluados teniendo en cuenta la originalidad y el propósito.

Además se valora el impacto, la comunicación y presentación, el costo, la viabilidad y el grado de avance de la ejecución.Instagram del proyecto de la UNLP: 
@proyectobbg https://www.instagram.com/proyectobbg/?igshid=eolk1qqx3619

UNLP

domingo, 17 de marzo de 2019

Videos - SATELLOGIC


En 2010 Emiliano y Gerardo crearon Satellogic, una empresa que diseña y fabrica satélites que valen mil veces menos que los tradicionales.

Tiene oficinas en Buenos Aires, Montevideo, Barcelona, Tel Aviv, San Francisco y Beijing.

La industria satelital es uno de los tantos sectores productivos en Argentina que está creciendo por las transformaciones de la Economía del Conocimiento.

Ministerio de Producción y Trabajo


Satellogic is building a constellation of satellites for imagery that can deliver one-meter resolution multispectral camera and a 30-meter resolution hyperspectral camera for which eight among them are already in the constellation. 

However, the final goal of this small satellite organization is to reach a constellation of roughly 90 satellites in orbit to cover the planet at 1 meter of resolution every week. 

Here is an exclusive interview with Emiliano Kargieman, Founder & CEO, Satellogic discussing the future plans of the company. 

Kargieman also talks about their potential markets and how they are different from their competitors.

Geospatial World

Satellogic está construyendo una constelación de satélites para imágenes que pueden ofrecer una cámara multiespectral de resolución de un metro y una cámara hiperespectral de resolución de 30 metros para la cual ocho de ellos ya están en la constelación.

Sin embargo, el objetivo final de esta pequeña organización de satélites es alcanzar una constelación de aproximadamente 90 satélites en órbita para cubrir el planeta a 1 metro de resolución cada semana.

Aquí hay una entrevista exclusiva con Emiliano Kargieman, fundador y director ejecutivo de Satellogic, que analiza los planes futuros de la compañía. 

Kargieman también habla sobre sus mercados potenciales y en qué se diferencian de sus competidores.

Geospatial World


viernes, 8 de febrero de 2019

CubeSats - ir más lejos


Ahora que los MarCOs, un par de CubeSats interplanetarios del tamaño de un maletín, parecen haber llegado a su límite más allá de Marte, esperamos una era en expansión de máquinas científicas pequeñas, versátiles y poderosas basadas en el espacio.

Aquí hay diez formas en que estamos ampliando los límites de la tecnología miniaturizada para ver hasta dónde puede llevarnos.



1. MarCO: el más lejano (hasta ahora)

MarCO, abreviatura de Mars Cube One, fue la primera misión interplanetaria en utilizar una clase de mini-naves espaciales llamada CubeSats.

Las MarCO, apodadas EVE y WALL-E, después de los personajes de una película de Pixar, sirvieron como retransmisiones de comunicaciones durante el aterrizaje de Marte en noviembre de 2018 de InSight, transmitiendo datos en cada etapa de su descenso a la superficie marciana casi en tiempo real, junto con primera imagen

WALL-E también envió impresionantes imágenes de Marte, mientras que EVE realizó algunas simples radiociencias.

Todo esto se logró con tecnología experimental que costó una fracción de lo que hacen la mayoría de las misiones espaciales: $ 18.5 millones proporcionados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, que construyó los CubeSats.

WALL-E se escuchó por última vez el 29 de diciembre; EVE, el 4 de enero.

Según los cálculos de la trayectoria, WALL-E se encuentra actualmente a más de 1 millón de millas (1,6 millones de kilómetros) más allá de Marte; EVE está más lejos, casi 2 millones de millas (3,2 millones de kilómetros) más allá de Marte.


MarCO-B tomó estas imágenes cuando se acercaba a Marte en noviembre de 2018. 
Crédito: NASA / JPL-Caltech

2. ¿Qué son los CubeSats?

Los CubeSats fueron iniciados por la Universidad Politécnica Estatal de California en 1999 y rápidamente se convirtieron en herramientas populares para los estudiantes que buscan aprender todos los aspectos del diseño y desarrollo de naves espaciales.

Hoy, están abriendo la investigación espacial a entidades públicas y privadas como nunca antes.

Con piezas listas para usar y un tamaño compacto que les permite viajar con otras misiones, por ejemplo, pueden ser expulsados ​​de la Estación Espacial Internacional, hasta seis a la vez, CubeSats ha reducido el costo del satélite desarrollo, abriendo puertas para probar nuevos instrumentos, así como para crear constelaciones de satélites trabajando juntos.

CubeSats se puede volar en enjambres, capturando mediciones simultáneas, multipunto con instrumentos idénticos en un área grande.

Al muestrear sistemas físicos completos de esta manera, aumentaría nuestra capacidad para comprender el entorno espacial que nos rodea, de la misma manera que los sensores meteorológicos múltiples nos ayudan a entender los sistemas meteorológicos globales.

¿Listo para comenzar?

Echa un vistazo a la Guía CubeSats 101 de la NASA.


El ingeniero Joel Steinkraus usa la luz solar para probar los paneles solares en una de las naves Mars Cube One (MarCO) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. 
Crédito: NASA / JPL-Caltech

3. Midiendo

El tamaño y el costo de las naves espaciales varían según la aplicación; algunos son del tamaño de una pinta de helado, mientras que otros, como el Telescopio Espacial Hubble, son tan grandes como un autobús escolar.

- Las naves espaciales pequeñas (SmallSats) generalmente tienen una masa de menos de 400 libras (180 kilogramos) y son aproximadamente del tamaño de un refrigerador de cocina grande.

- CubeSats es una clase de nanosatélites que utilizan un tamaño y factor de forma estándar.

El tamaño estándar de CubeSat utiliza una "unidad" o "1U" que mide 10x10x10 centímetros (o aproximadamente 4x4x4 pulgadas) y se puede extender a tamaños más grandes: 1.5, 2, 3, 6 e incluso 12U.


El rover Sojourner (visto aquí en Marte en 1997) es un ejemplo de tecnología pequeña que fue pionera en cosas más grandes. Generaciones de rovers más grandes 
se están construyendo sobre su éxito.

4. Un legado de pequeños exploradores

A diferencia de un CubeSat, la primera nave espacial de la NASA, Explorer 1, fue una máquina pequeña y rudimentaria.

Se lanzó en 1958 e hizo el primer descubrimiento en el espacio exterior, los cinturones de radiación de Van Allen que rodean la Tierra.

Fue el nacimiento del programa espacial estadounidense.

En 1997, un mini-rover llamado Sojourner llegó a Marte, una prueba piloto para exploradores más avanzados como el Spirit, Opportunity y Curiosity de la NASA.

La innovación a menudo comienza con la tecnología de buscador, dijo Jakob Van Zyl, director de la Dirección de Exploración del Sistema Solar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Una vez que los ingenieros demuestran que se puede hacer algo, las misiones científicas siguen.



5. Pruebas en el espacio

La NASA está continuamente desarrollando nuevas tecnologías: tecnologías que son más pequeñas que nunca, componentes que podrían mejorar nuestras mediciones, sistemas de procesamiento de datos a bordo que optimizan la recuperación de datos o nuevos métodos para recopilar observaciones.

Cada nueva tecnología se prueba exhaustivamente en un laboratorio, a veces en aviones, o incluso en sitios remotos de todo el mundo.

Pero el entorno espacial es diferente al de la Tierra.

Para saber cómo algo va a funcionar en el espacio, la mejor opción es probar en el espacio.

Enviar algo no probado a la órbita ha sido tradicionalmente un esfuerzo arriesgado, pero CubeSats ha ayudado a cambiar eso.

Los diminutos satélites suelen tardar menos de dos años en construirse.

CubeSats es a menudo una carga útil secundaria en muchos lanzamientos de cohetes, lo que reduce considerablemente el costo.

Estos autoestopistas pueden desplegarse desde un cohete o enviarse a la Estación Espacial Internacional y desplegarse desde la órbita.

Debido a su rápido tiempo de desarrollo y fácil acceso al espacio, CubeSats se ha convertido en la plataforma perfecta para demostrar cómo se realizará un nuevo avance tecnológico en órbita.


RainCube es un mini satélite meteorológico, no más grande que una caja de zapatos, que medirá las tormentas. Es parte de varios experimentos nuevos de la NASA para rastrear tormentas desde el espacio con muchos satélites pequeños, en lugar de grandes y individuales. 
Crédito: UCAR

6. En el trabajo en la órbita terrestre

Algunos ejemplos recientes de nuestro mundo de origen:

RainCube, un satélite que no es más grande que una maleta, es un prototipo para una posible flota de CubeSats similares que algún día podrían ayudar a monitorear tormentas severas, mejorar la precisión de los pronósticos meteorológicos y rastrear el cambio climático a lo largo del tiempo.

IceCube probó los instrumentos por su capacidad para realizar mediciones espaciales de los pequeños cristales congelados que forman las nubes de hielo.

Al igual que otras nubes, las nubes de hielo afectan el presupuesto energético de la Tierra al reflejar o absorber la energía del Sol y al afectar la emisión de calor de la Tierra al espacio.

Por lo tanto, las nubes de hielo son variables clave en los modelos de clima y clima.


El cohete electrónico de Rocket Lab se despega del Complejo 
de lanzamiento 1 para la misión ELaNa19 de la NASA. 
Crédito: Trevor Mahlmann / Rocket Lab

7. Primer lanzamiento dedicado de CubeSat

Una serie de nuevos CubeSats está ahora en el espacio, realizando una variedad de investigaciones científicas y demostraciones de tecnología después del lanzamiento del 17 de diciembre de 2018 desde Nueva Zelanda, la primera vez que CubeSats se lanza a la NASA en un cohete diseñado específicamente para cargas útiles pequeñas.

Esta misión incluyó 10 cargas educativas de Lanzamiento de Nanosatélites (ELaNa) -19, seleccionadas por la Iniciativa de Lanzamiento CubeSat de la NASA:

Explorador del cinturón de radiación compacto de CubeSat (CeRE): medición de partículas de alta energía en el cinturón de radiación de la Tierra

Simulación al vuelo 1 (STF-1): software de condensación para admitir las implementaciones de CubeSat

Bus eléctrico avanzado (ALBus): avances en paneles solares y baterías de alta capacidad

Manejo de la transferencia de tiempo de precisión multisistema (CHOMPTT) de CubeSat: planes de navegación para la implementación exo-planetaria

CubeSail - Despliegue y control de una pala de vela solar

NMTSat - Campo magnético, densidad de plasma a gran altitud

Rsat - Manipulación de brazos robóticos.

Explorador de centelleo ionosférico (ISX): fluctuaciones del plasma en la atmósfera superior

Shields-1 - Blindaje contra la radiación

DaVinci - Educación STEM de la escuela secundaria a la escuela primaria


8. El pequeño cubo que podría

La tecnología de CubeSat todavía está en su infancia, con tasas de éxito de la misión que rondan el 50 por ciento. 

Entonces, un equipo de científicos e ingenieros emprendió una búsqueda. 

¿Su meta? 

Para construir un CubeSat más resistente, uno que pueda manejar los inevitables contratiempos que acosan a cualquier nave espacial, sin tener que hacer nada.

Querían un pequeño CubeSat que pudiera.

Se pusieron a trabajar en 2014 y, después de tres años de desarrollo, Dellingr estaba listo para emprender el vuelo.

Lea la historia completa: Dellingr: El pequeño cubo que podría


Concepto artístico de la linterna lunar. 
Crédito: NASA

9. ir más lejos

Hay un puñado de misiones propuestas por la NASA que podrían llevar la tecnología CubeSat más lejos:

CUVE viajaría a Venus para investigar un misterio de larga data sobre la atmósfera del planeta utilizando instrumentos sensibles a los rayos ultravioleta y un nuevo espejo de captación de luz con nanotubos de carbono.

La Linterna Lunar usaría un láser para buscar el hielo de agua en cráteres en sombra en el polo sur de la Luna de la Tierra.

El Asteroide Scout cercano a la Tierra, un SmallSat, usaría una vela solar para propulsarla a hacer ciencia en asteroides que pasan cerca de la Tierra.

Las tres naves espaciales se trasladarían al espacio con otras misiones, una ventaja clave de estas máquinas de ciencia compactas.


La ingeniera de vuelo de la Expedición 56, Serena Auñón-Chancellor, instala el NanoRacks Cubesat Deployer-14 (NRCSD-14) en la plataforma de experimentos multipropósito dentro del módulo de laboratorio japonés Kibo. El NRCSD-14 se colocó en la escotilla Kibo y se movió fuera de la estación espacial para desplegar una variedad de CubeSats en la órbita terrestre. 
Crédito: NASA

10. Y acabamos de empezar

Incluso si nunca son revividos, el equipo considera a MarCO un éxito espectacular.

Se usarán varios repuestos críticos para cada MarCO en otras misiones de CubeSat. 

Eso incluye sus radios experimentales, antenas y sistemas de propulsión. 

Varios de estos sistemas fueron proporcionados por proveedores comerciales, lo que facilitó que otros CubeSats también los usaran.

Más naves pequeñas están en camino. 

La NASA está lista para lanzar una variedad de nuevos CubeSats en los próximos años.

"Hay un gran potencial en estos paquetes pequeños", dijo John Baker, gerente del programa MarCO en JPL. 

"CubeSats, que forma parte de un grupo más grande de naves espaciales llamado SmallSats, es una nueva plataforma para la exploración espacial asequible a más que solo agencias gubernamentales".

nasa.tumblr.com


miércoles, 28 de febrero de 2018

LabOSat: tecnología argentina en el espacio


Investigadores del CONICET, la CNEA, el INTI, la UBA y la UNSAM diseñan plaquetas para experimentos electrónicos que viajan dentro de nanosatélites.

LabOSat es la interfaz entre los satélites de la empresa argentina Satellogic y diferentes grupos de investigación o empresas que precisen ensayar sus dispositivos electrónicos tales como sensores, procesadores y actuadores en órbitas terrestres de baja altura -alrededor de 500 km sobre el nivel del mar-.

Dicho proyecto lo llevan adelante un grupo de investigadores liderado por el Dr. Federico Golmar, investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Dr. Pablo Levy, investigador principal del Consejo en el Departamento de Materia Condensada – GAIyANN – de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Desde el 2014 LabOSat ha puesto en órbita 4 plataformas experimentales y anteriormente la plataforma MeMOSat-01 en el satélite BugSat 1 (“Tita”, año 2014), y otras tres plataformas tipo LabOSat-01 en los satélites ÑuSat 1, 2 y 3 (“Fresco” y “Batata”, en 2016, y “Milanesat”, en 2017).

Estos nanosatélites permiten realizar análisis de infraestructura y controles de seguridad para la industria petrolera, monitorear campos y cultivos, y eventos climáticos, entre otros servicios que Satellogic ofrece a la industria.

Actualmente, el equipo de investigación conformado por científicos del CONICET, la CNEA, la UNSAM, la Universidad de Buenos Aires (UBA), y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) cuenta con 4 investigadores, 2 becarios postdoctorales, 6 becarios doctorales y 2 alumnos de grado, los cuales mantienen colaboraciones con científicos de instituciones nacionales e internacionales.

De los 14 integrantes del equipo 10 son del CONICET y se especializan en Física y Tecnología.

Plataformas electrónicas ultra resistentes

La plaqueta LabOSat tiene como función ser la plataforma electrónica de control de los dispositivos a ensayar en el espacio: recibe energía y procesa sus comunicaciones por intermedio de la computadora central del satélite, el que realiza las conexiones con Tierra para el procesamiento de la información recibida.

Genera los estímulos y realiza mediciones sobre los dispositivos a ensayar, con la posibilidad de reconfigurar los experimentos a desarrollar a posteriori de la puesta en órbita.

Dichos experimentos se realizan en entornos hostiles como el espacio exterior donde hay baja presión, condiciones de baja temperatura o grandes dosis de radiación.

En relación al futuro de LabOSat, Pablo Levy sostiene que:

“Nos proyectamos como un grupo de investigación básica interdisciplinario, focalizado en expandir el espacio de experimentación en las temáticas de punta a nivel internacional que ya se vienen desarrollando en Tierra.

Asimismo, como grupo de investigación aplicada nos proponemos ensayar y validar dispositivos electrónicos en órbitas terrestres bajas.

Cabe mencionar que dicha plataforma está siendo ensayada en tierra en presencia de radiaciones ionizantes (protones provistos por el acelerador de iones TandAr en CNEA – Buenos Aires y neutrones provistos por el Reactor RA-6 en CNEA – Bariloche) de manera de conformar una plataforma versátil para las industrias aeroespacial y nuclear”.

Los primeros ejemplos de estos dispositivos desarrollados por LabOSat han sido las memorias no volátiles fabricadas por MeMOSat, los dosímetros comerciales calibrados por el LFDM – Facultad de Ingeniería – UBA, y los transistores de efecto de campo fabricados por el Centro de Investigación NanoGune – San Sebastián – España.

LabOSat-01 es la primera versión de la plataforma y está diseñada para albergar dispositivos que se prueban eléctricamente en este tipo de condiciones extremas.

Dentro de LabOSat-01 hay un módulo llamado MeMOSat, que fuerza los barridos personalizados de voltaje o corriente en dispositivos ReRAM y se puede adaptar fácilmente a cualquier dispositivo.

Dentro de los satélites en órbita Ada y Maryam (ÑuSat 4 y 5) lanzados por la empresa argentina Satellogic el pasado 2 de febrero desde China, operan tres plataformas experimentales LabOSat-01.

En las últimas misiones se ensayaron celdas de memoria fabricadas en Argentina (óxidos de Manganeso en la CNEA, óxidos de Titanio en el INTI) y en Finlandia (óxidos de Ytrio).

Esta nueva generación de memorias no volátiles es conocida como “memristor”, y su alta tolerancia en ambientes hostiles las hace potenciales reemplazantes de las memorias estándar utilizadas actualmente en la industria aeroespacial.

Por Sergio Patrone Firma Paz

CONICET